LA CONVERSIÓN

LA CONVERSIÓN:

Del griego Epistrophe que significa un giro. Palabra que implica un volverse de y un volverse hacia. Esto significa que antes caminábamos en una dirección, según nosotros el camino correcto y no sabíamos que el final es muerte (Pr. 14:12). Si hablamos que experimentamos la conversión quiere decir, que  dejamos de  caminar en  esa  dirección y  nos  encaminamos en  sentido contrario. El apóstol Pablo es claro ejemplo, en un tiempo perseguía a los cristianos creyendo que de esa manera agradaba a Dios, tiene un encuentro personal con Jesús y se vuelve de esa conducta y se convierte en un predicador y maestro de los gentiles (Gal. 1:13,14). Los apóstoles se regocijaron de que los gentiles aceptaban el mensaje. Resulta que por causa del Señor fueron perseguidos y El mismo utilizó esto para que en las regiones a donde llegaban predicaran y muchos se convertían (Hch. 11:20). El apóstol Pablo habla de la conversión de los hermanos de Tesalónica, quienes dejaron la idolatría y se volvieron  a  Dios  (1  Ts.  1:9).  La  palabra  es  clara  al  decirnos  que  nos arrepintamos y convirtamos para que sean borrados nuestros pecados (Hch.

3:19). El arrepentimiento y la conversión pueden ser un acto así como también,

un proceso en el cual vamos como la luz de la aurora de aumento en aumento hasta que el día sea perfecto (Pr. 4:18).

CONCLUSIONES:

•   La persona que encubre su pecado no prosperará, pero el que lo confiesa y se aparta alcanza misericordia (Pr. 28:13).

•   Mientras nos justifiquemos no llega el arrepentimiento. Hay esperanza para el que reconoce estar mal, no así para el que se cree justo. •        El arrepentimiento es un acto y un proceso, el acto desencadena el proceso.

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