EL BAUTISMO DEL ESPÍRITU SANTO

EL BAUTISMO DEL ESPÍRITU SANTO

Mateo 3:11

Juan bautizaba en agua, pero dijo que Jesús lo haría con el Espíritu Santo. Este bautismo era algo nuevo para ellos. Los primeros discípulos no sabían del Espíritu Santo mucho menos que había un bautismo en él. Cuando Pablo llegó a Efeso, encontró discípulos que solo sabían del bautismo de Juan, posteriormente a bautizarse en agua, Pablo les impuso manos y recibieron el bautismo del Espíritu y hablaban en lenguas (Hch. 19:1-6). En el Antiguo Testamento el Señor da instrucciones a Moisés para que elabore el aceite de la santa unción con el cual se ungiría a los sacerdotes (Ex. 30:25), algo muy singular de este ungüento es que no podía imitarse, de igual manera sucede con el bautismo del bautismo del Espíritu Santo. El Espíritu Santo estuvo sobre sus siervos tal es el caso de: Otoniel, Gedeón, Sansón, David y Simeón pero la diferencia de este bautismo es que el Espíritu estaría adentro de los salvos.

LO QUE JESÚS ENSEÑO RESPECTO AL ESPÍRITU SANTO:

Hoy, sabemos que Jesús es la corporeidad humana, pero que dentro de él estaba el Espíritu Santo quien es Dios mismo (Hch. 5:3). El ministerio de Jesús lo   inició yendo al Jordán en donde el Espíritu Santo descendió, sobre él en forma como de paloma (Mr. 1:10; Mt. 12:18), a partir de entonces, todo lo que dijo e hizo fue hecho por impulsos del Espíritu (Lc. 4:1,18; Hch. 10:38). Jesús dijo a sus discípulos que el Espíritu Santo estaba con ellos, es decir, en su persona, pero que posteriormente a su ascensión, estaría en ellos y sobre ellos (Jn. 14:17).  El mundo no puede recibir al Espíritu porque ni le ve ni le conoce. La Biblia dice que no se puede echar vino nuevo en odre viejo (Lc. 5:37 ).

Ninguno de nosotros tiene la capacidad de recibir al Espíritu (vino) si no es por medio de Cristo (odre) quien le ha dado vida a nuestro espíritu (Ro. 8:9). Todo salvo tiene el Espíritu Santo, pero otra es la experiencia del bautismo. Apolos era un excelente cristiano pero tubo necesidad de que Priscila y Aquila le explicaran con mayor exactitud el camino de Dios (Hch. 18:24-26). El bautismo del Espíritu es un don (Hch. 2:38) y el señor lo otorga a aquellos que lo pidan (Lc. 11:13). Este don cuando llena a una persona, lo faculta con otros dones, los dones del Espíritu (l Co. 12:7-11).

Díscipulos que cuando ascendiera al cielo el Padre enviaría al otro paracleto (uno llamado al lado para ayudar) y que estaría con ellos para siempre (Jn. 14:16,26). Jesús dijo  que les convenía que él se fuera para que viniera el otro delegado del Padre para desarrollar la obra que Jesucristo había iniciado en ellos (Jn. 16:7-13).

El Señor les habló figuradamente de lo que es la experiencia de tener adentro al Espíritu, él dijo que de lo más profundo del ser, brotarán ríos de agua viva, el se refería del Espíritu que habían de recibir los que habían creído en él y que lo recibieron  después  que  él  fue  glorificado  (Jn.  7:37-39).  El  Espíritu  Santo pondría en la boca de los discípulos las palabras a decir, revela al Hijo, hará saber las cosas que han de venir, etc. (Jn. 16:13). La vida y ministerio de Jesús es un vivo ejemplo de lo que un hombre es capaz de ser y hacer con la ayuda del  Espíritu Santo. Él  enseñó, guío, discernió, oraba o  reprendía espíritus demoníacos por que estaba lleno y controlado por el Espíritu.

Jesús nos vino a enseñar que sí se puede vivir la vida en el Espíritu (Hch. 1:1,2, Mt. 12:22-31). Jesús antes de ascender mandó a sus discípulos no salir de Jerusalén y esperar el cumplimiento de la promesa del Padre (Hch. 1:4,5), él mismo les dijo que recibirían poder cuando el Espíritu Santo descendiera sobre ellos y entonces, podrían ser testigos de Jesús hasta los confines de la tierra (Luc. 24:49; Hch.

1:6-8).

LA EXPERIENCIA DE PENTECOSTÉS:

El libro de los Hechos, que por cierto no es de los hechos de los apóstoles, sino, del Espíritu Santo por medio de los apóstoles. Este, narra la venida a morar a la tierra del Espíritu Santo. El Espíritu Santo ha estado desde la misma creación, sin embargo, a partir de la experiencia de Pentecostés el Espíritu radica en el cuerpo místico de Jesús, llamado Iglesia.

El capítulo dos del libro de los Hechos dice que los discípulos estaban en un aposento alto cuando de pronto escucharon un ruido, semejante a un viento impetuoso que no solo llenó la casa donde estaban sino también, a los discípulos que pedían al Padre  cumpliera su  promesa (Lc.  24:49),  la  señal  de  esta  llenura  fue  que personas ajenas, que  presenciaban lo que allí ocurría, les oyeron hablar en su propia lengua. Ellos quedaron atónitos mientras que otros se burlaban (Hch.

2:1-13). Esto nos habla que la señal de que alguien ha sido bautizado con el

Espíritu Santo es el hablar en otras lenguas. Estas lenguas no son conocidas para el bautizado aunque pueda ser el idioma de otra persona a quien Dios le esté hablando. Estaba profetizado en el Antiguo Testamento que Dios derramaría del Espíritu sobre toda carne (Joel 2:28), fue esto lo que el mismo Espíritu puso en el corazón de Pedro cuando fueron llenos del Espíritu en el aposento alto. Pedro trajo aquella palabra para explicar lo que en ese momento estaba ocurriendo. Fue en esta fiesta que celebraba el pueblo de Israel, cuando se cumplió la promesa dada por Jesucristo. Después de ésta, ellos no fueron los mismos. Ellos pudieron testificar, orar, tomar autoridad, ser encarcelados, padecer, etc. porque tenían el poder dentro de ellos (Hch. 4.13, 5.12). Fue el

Espíritu quien les recordó todo lo que Jesús les había enseñado, obraba señales y  hacía de sus reuniones algo realmente edificante y no como la rutina que tenían en la sinagoga (Jn 15:26). Posteriormente al bautismo, los ministros tuvieron una relación con el Espíritu Santo. Este les hablaba, guiaba, etc.  (Hch.

10:19, 13:2, 16:6). La experiencia de los apóstoles en la Iglesia del principio, era

que imponían sus manos sobre los que habían creído en Cristo y el Señor los llenaba con el Espíritu Santo (Hch. 8:17, 10:44).

CONCLUSIONES:

•   Es Jesucristo quien bautiza con el  Espíritu Santo a  aquellos que  lo anhelan y lo piden.

•  El bautismo del Espíritu es necesario para hacer la obra del ministerio.

Esta es una investidura de poder, tal y como comprendió Eliseo respecto al manto de Elías. •        La  manifestación externa de haber sido bautizado en el Espíritu Santos es el hablar en otras lenguas.

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