EL SERVICIO
Hebreos 12:28
INTRODUCCIÓN
El servicio es el resultado de hacer en el Espíritu lo que Dios pide que se haga (Ef. 2:10). Para el servicio no hay premio si previamente no hay renovación y santificación. El Espíritu Santo es quien hace o prepara a los servidores, convirtiéndolos, primeramente, en adoradores (Jn. 4:23), llamándolos luego (Hch. 13:2-3) y guiándolos en la obra (Hch. 16:6-7).
I. CARACTERÍSTICAS DEL SERVICIO
A. EL SERVICIO ES A DIOS (Heb. 12:28)
El servicio debe desarrollarse con un corazón agradecido para con Dios. La clave está siempre en mantenernos en el temor y temblor a su Nombre. Recordar que en todo tiempo y en todo lugar está el Señor.
El servicio ha de hacerse para Él y como para Él. Puesto que se tiene que valorar el grande compromiso de lo que significa servirle, no se puede hacer si nuestra prioridad no es Él.
B. ES CONOCIDO POR DIOS (Yo Conozco tus obras…Ap. 2:19)
Para el Señor no hay nada oculto. Todo lo sabe y todo lo conoce. Por ello, si el servicio se hace sin temor y sin temblor a su Nombre tarde o temprano las demanda vendrán a nuestra vida juntamente con las correcciones, hasta cortes físicos, por cuanto no se ha hecho como Él quiere que se haga.
Hay que recordar constantemente que todo es de Él y todo le pertenece a Él. Ante esto, las cosas hay que hacerlas como a Él le gustan y no como nosotros creemos. (Mat. 24:45-46)
C. ES UN DON (Ro. 12:6-7)
Por ser un don es una gracia, es un regalo. ¿Cómo le damos uso a ese regalo? Si Él nos ha llamado a su servicio es porque nos ha capacitado para hacerlo y hacerlo en excelencia.
Tenemos todas las herramientas para cumplir lo que Él ha estipulado. Ahora, si no lo hacemos no es porque no se pueda hacer. Es simplemente porque no queremos hacerlo. (Mat. 25:26)
D. SE SIRVE A LOS SANTOS (Rom. 15:25, 31; 2 Cor. 8:4, Efes. 4:11-
12; Rom. 13:4-6)
El que está al servicio del Señor primeramente le sirve a Él y como consecuencia el Espíritu despierta el amor por la obra y se hace vida lo que el Señor dejó establecido en (Mateo 20:25-28).
El servidor fiel nunca se va enseñorear de la obra del Señor, pues sabe que ésta le pertenece a Él, puesto que sólo Él pago el precio de la cruz.
El servicio no es para estar buscando lugares ni posiciones, es para cumplir con la función que el Señor nos ha delegado. Recordemos que hay que hacerlo en excelencia.
La función que a mí me toca no le toca a otro, y lo que le toca a otro no me toca a mí. Por ello la importancia de ver como yo estoy haciendo la obra. Es a uno al que le piden cuentas y la demanda de dar el fruto del talento que le dieron. (Mat. 25:21)
E. DEBE SER EFICAZ (1 Co. 16:9)
Esta es la demanda que hay para nosotros. Debemos lograr la meta y esta es llegar a cumplir el deseo de aquel que nos ha llamado. Cumplir y que se lleve a cabo en nosotros lo que el espera que hagamos.
La parte que a nosotros nos corresponde hacer, puesto que lo que a Él le correspondía hacer ya fue hecho y en excelencia. Por ello está sentado a la diestra de Dios Padre.
No podemos cumplir lo que nos piden si somos irresponsables, la diligencia y la responsabilidad deben ser parte de nuestra vida diaria para con Él.
F. NO SE DEBE ENREDAR CON NEGOCIOS DEL MUNDO
(2 Ti. 2:4)
No podemos servir a dos señores (Mt. 6:24). El servicio al Señor no podemos hacerlo como que fuera un negocio del mundo donde no importa sobre quien se pase con tal de conseguir lo que yo quiero. Donde no importa si se hacen cosas malas para llegar a un fin.
Recordar en todo tiempo que el llamado ha sido hecho por el Señor y Él es Santo. Servidores sin consagración y sin santidad no mostrarán ninguna diferencia con el mundo. Todo lo que hagan será hecho por competencia y rivalidad, buscando su propia gloria y no la gloria de Cristo.
CONCLUSIONES
1. El que cumpla en excelencia con el servicio que el Señor ha dado a cada uno, ese será galardonado.
2. El servicio no debe hacerse con doble ánimo (Stg. 1:8).
3. El servicio en excelencia es ganancia para nosotros (1 Co. 9:24-27).
4. Hacer el servicio negligentemente traerá consecuencias (Lc. 16:2).